jueves, 21 de enero de 2010

Abuelita generosa

En un autobus repleto de viejos y viejitas , en una gira especial a Lourdes para gente de tercera edad, una viejita le toca el hombro al chofer y le brinda un buen puñado de manies sin cáscara.

El chofer sorprendido le da las gracias y se los come con agrado. Cinco minutos después, la abuelita repite, el chofer vuelve a agradecerle el gesto y se come sus manies. Cinco minutos mas tarde viene el otro puñado.

Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede y le pregunta:
- Digame abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de mani, pero usted no cree que a lo mejor sus cuarenta amigos y amiguitas querrian tambien un poco?

- No jóven, no tenemos dientes para masticarlos y solo nos chupamos el chocolate que los recubre.

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